[COLOR=“White”]Imprescindible[/COLOR]
[[FONT=“Book Antiqua”]COLOR=“Wheat”]Un paso como cualquier otro, un paso ordinario, un paso sin ningún esplendido sentido para los “normales”, pues ese paso no significó dinero, no significó fama, sólo era un paso. Pero fue el primero, no el mas importante, pero si el que lo conducía hacia su destino.
Pasó por muchos lugares, gritando a viva voz lo que el corazón le decía, la razón pasó a ser parte de sus sentidos. El pensar era una maquina de frases que no necesitaban de una luz divina para florecer entre los pensamientos forzados que poseía la gente.
Libertad, parecía su apellido, en realidad era su amante “inalcanzable”, o talvez más que eso, era su lucha, el sentido de su paso.
Alzó la mirada y entre tantas cabezas supo ver más allá de lo que vemos en televisión, pudo ver dentro de ti, lo que estabas pensando. No te asustes, no era inhumano, solo era una persona que quiso salir de la cómoda piel de aquel conejo, y que sujetándose tan fuerte de aquellos finos pelos, pudo ver su sociedad, su “mundo”, en el que había nacido y quiso un cambio.
Comenzó con cultura, ¿Sabes lo que es eso?, lo dudo, pues es una palabra tan desconocida como lo es justicia. Miles de mensajes saltaban la sinapsis entre las neuronas cada día, a cada momento, su cerebro parecía una maquina de ideas.
Utopía, algunos lo llamaban utopía, ¿Fundamentos?, no los he escuchado, pero para la mayoría de la gente era utopia. No creían en su saber, pues no sabían que en los años donde no se podía ensuciar la mente con mensajes visuales, los grandes pensadores llegaron a la conclusión que el mejor conocimiento viene dentro de ti, o solo talvez lo creían muy añejo, claro, había algo que hacia todo por ti, el computador.
Busco a la justicia, pero esta nunca estaba en casa. Llamo a los derechos, pero estos siempre estaban durmiendo. A pesar de todo siguió luchando, alzó su puño, enfrentándolo contra el cielo, soporto los insultos y fue valiente, porque ante tanta miseria, ante tanta injusticia, no bajo la voz, y siguió constante.
Aprendió a llorar, y a defenderlo. Aprendió a seguir a su enemigo, asiéndole daño. Aprendió palabras que no se encuentran en el diccionario común del pueblo. Pero sin duda lo más importante, aprendió a ser persona y no un animal enviciado por aquel papel verde con olor a una prospera miseria.
Si, sé que te preguntas ¿Quién es? Pero ¿De que vale que te diga el nombre si podrías ser tú? ¿Sabes lo que quiero decir?
Una persona común y corriente, dos ojos, una nariz, una boca, pelo en la cabeza, dos pies, dos manos, pero con algo que le hace falta a la mayoría: conocimiento.
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jajaa
xD!
me kedo muy bkn!
ajaj
xD!!
perdon la egocentria…pero este si me gusto!!